-Deja de llorar joder- me digo a mi mismo
mientras tumbado en la cama
y con el mundo riéndose de mi,
me veo cada vez más cerca de un abismo.
Oscuro, frío,
y sin ninguna esperanza de salir de ahí.
Cada mañana me levanto por instinto
y no por ganas,
miro a la rutina a los ojos
y no soy capaz de plantarle cara.
¿Por qué?
Supongo que ya me cansé de caer o fracasar en el intento,
que soy propenso a ello,
y lo siento mucho
pero no me quedan fuerzas para seguir soportando golpes.
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