domingo, 31 de marzo de 2019

Vacío.

Extraño. No sé muy bien a quién o lo qué.
Como el reo que olvida el por qué de su condena,
así me encuentro,
olvidado juez de mi mismo en el páramo yermo
de esta pena, penita, pena.
Barbecho pisoteado en las entrañas,
que ni los rebaños vienen ya
a alimentarse de carroña,
ahora que no queda trigo limpio
y las lluvias se prevén ácidas.
Extraño. En el espejo ya no se ve nada
y quizá sea eso,
que ya no quedan ilusiones,
que ya no queda ni esperanza.

jueves, 7 de marzo de 2019

Esta noche escribo desde mi cama.

Esta noche escribo desde mi cama
pero las sábanas están vacías.
No hay mucho que decir.
Solo es una llamada de atención
hacia uno mismo,
un lamento más de palabra
y corazón,
más de corazón que de palabra.
Las sábanas están vacías
y no de nadie,
sino de mi.
Esta noche escribo desde mi cama.
Y este amasijo de carne
y huesos remendados está aquí,
pero yo no.