Veinte de diciembre,
abro Instagram y ahí
aparece:
parejita de dos meses y
un para siempre
que durará tres o cuatro
polvos más (con suerte).
"All I want for Christmas is
you"
y un par de corazones.
Pasa inadvertido.
Día veintitrés y son ya veinticuatro
las veces que he visto la
frase
en el mismo lugar.
Foto de postal
y un besito en la
mejilla;
corazones que no falten, porque
"All I want for Christmas is
you".
Día veinticinco familiar,
es decir, de estar en el
salón de casa
sin apartar la mirada del
teléfono
y subir fotos a Instagram:
que si la comida, el
árbol,
a mamá y la abuela con el
delantal,
los regalitos de Papá
Noel,
al perro, al gato,
a tu padre tirado en el
sofá,
a tu hermano y hasta a
una jodida gamba
que has pensado
apadrinar.
Y debajo de la gamba:
"All I want for Christmas is
you".
Día treinta y uno melancólico-festivo,
noche de foto en sitio
elegante,
corbata y tacón. En
Instagram:
"All I want for Christmas is
you".
Día uno de ilusiones y resacas,
foto con el pijama:
"All I want for Christmas is you".
Día cinco de cabalgata, cena y roscón,
foto con la sorpresa
entre la nata:
"All I want for Christmas is
you".
Día seis,
árbol hasta arriba de
regalos,
lágrimas por tener el
último smartphone del mercado
y foto familiar...
Pero también regalo de pareja,
anillo y caja con fotos
juntos
(que a lo mejor les
faltan),
y ahora sí:
"All I want for Christmas is
you".
"All I want for Christmas is you".
"All I want for Christmas is
you".
"All I want for Christmas is
you".
"All I want for ... ¿qué?
"All I want for ...¿cuándo?
"All I want for ...¿cómo?
Yo no quiero que aparezcas vestida de regalo
ni con un lazo en la
cabeza en mi salón,
yo no te quiero por
Navidad,
yo no te quiero como
deseo de catálogo,
yo no te quiero como
lotería, tampoco,
porque yo no te compro,
yo te quiero
sin más.
¿"All I want for Christmas is you"?
Y una mierda.
All I want for everyday
es que dejéis de haceros fotos
y viváis y améis de
verdad.