Porque un buen amigo me dijo,
un día, que era como él.
Que soy de los que viven en el filo,
beben en los parques
y viven solos sin por qués.
Es cierto,
estoy siempre riendo,
con los brazos medio abiertos
y con besos a deber.
Es cierto,
mi cuerpo siempre viste
ese alegre desdén triste
de cómico abatido y sin fe.
Es cierto,
no me asusta morir solo,
porque ya se vivir solo
y eso duele tanto como el ayer.