sábado, 24 de marzo de 2018

Desierto de ilusiones.

He despertado del letargo,
del amargo sabor amargo
de un sueño con cicatrices,
del sudor que se percibe
en las dudas que me han quemado.

Sigo acostado
entre espinas de rosas de cuarzo,
entre vientos que amainan las luces
de esta ilusión de loco acabado.

Sigo rezando
al Dios que me incita al pecado,
de rodillas al darme de bruces
con el desierto del éxito cosechado.

Sigo soñando,
pero Calderón me lo dejó claro,
''los sueños, sueños son'', y me contradice,
pues siempre seguí soñando
hasta el día de hoy
que me lastimé.