miércoles, 28 de octubre de 2015

Trenes.

Estoy
a punto
de romperme.

No quiero hacer daño ni que me lo hagan,
aunque,
a lo segundo estoy mas acostumbrado.

No quiero perder nada,
pero no quiero tenerlo todo,
porque no soy así.

Y es que a lo mejor solo son imaginaciones del idiota que escribe
para poder desahogarse
fuera de su vaso de agua.

Siempre esperando este tren,
y ahora no se si dejarlo pasar por si llega otro
o arrojarme a él sin miedo a no calcular
y caer
otra vez a las vías,
y definitivamente
llegar al punto
de romperme.

domingo, 25 de octubre de 2015

Borracho.

Tengo una botella de whisky,
un paquete de tabaco,
una musa que no viene,
un cenicero sin colillas,
un paquete de cerillas que no prenden,
un humo opaco que me respira
y me mata.

Tengo un papel
y no un lápiz.
Que tontería, ¿verdad?
¿Para que quiero el papel
si no es para escribir?
¿Para que quiero un cigarro
si no fumo?
¿Para que quiero vivir
si no es contigo?
¿Para que quiero reír
si tu boca  no me sigue el juego,
si mis labios están secos?

Tengo un quererte y un pensarte,
pero tengo sístole y no diástole,
tengo vida y no te tengo,
tengo una musa que ni viene, ni bebe,
ni me busca, ni la encuentro.

Tengo una botella de whisky para compartir
y no quieres beberla conmigo.


domingo, 18 de octubre de 2015

Despertares.

Hoy ha amanecido como cada mañana
aunque triste el cielo
y somnoliento el sol,
he vuelto a mirar por la ventana,
buscando un ápice de ti en mi despertar,
he mirado mi teléfono
y allí estabas, sonriéndome.
Y joder,
se me ha vuelto a escapar
la mejor sonrisa que tenia preparada
para improvisar después de besarte por primera vez.

Lo bonito de estos despertares es que

siempre
serás
poesía.

Lo realmente jodido es que
yo
siempre seré un intento de poeta
y todavía no sé  si puedo atraparte
entre mis versos.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Vuelvo a escribir(te).

Fuimos tanto
en tan poco tiempo,
que se me olvidó esperarte,
que quise tenerte
tan rápido
que creí que no te perdía.
Y fui tan tonto
que por no saber quererte
tengo que cargar con mi propia maldición
de no poder olvidarte.

Mirar al frente,
escribirte,
y quererte.
Como siempre.