Resuena el corazón en la cabeza,
cada latido
más fuerte,
más fuerte,
más fuerte...
Las pestañas se despegan
y los suspiros se acumulan
en una boca seca
de balas y miradas
que desnudan el alma.
El reloj no descansa
y el tiempo no perdona.
Tic, tac, de nuevo.
La realidad se me abalanza.