Más vale soltar el pájaro que tenerlo en la mano.
-Ramón Gómez de la Serna-
Sí. Fui una de esas oscuras golondrinas
que volvía en primavera para verte florecer;
fui un mirlo esperando el crepúsculo en tu puerta
para cantarte poesías;
quise ser cigüeña
para emigrar al invierno de tu piel,
porque joder,
en cada uno de tus pliegues se intuye verano;
fui águila imperial,
pretendiente de todos tus estados
unidos en mis versos;
fui un simple gorrión afincado
en las cornisas de tus andares;
fui urraca persiguiendo el charol
de tus vicisitudes,
de tus altos y tus bajos,
de tu mente y su perfume;
fui halcón cuando te vi a lo lejos;
fui canario y fui jilguero,
describiendo melodías con mis dedos.
Fui todos ellos,
y ahora ya no sé
si soy un cuervo temeroso,
una paloma desterrada
por defender la guerra entre tus labios,
o yo que sé.
Fui todos ellos en tus manos
y ahora me has soltado,
cayendo en una jaula
con la puerta abierta
de la que no se cómo escapar.
O yo que sé.
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