lunes, 22 de junio de 2015

51%

Que bonita estas cuando ríes,
pequeña.
Estoy harto de decírtelo,
tú de escucharlo,
y el Sol de soportar que haya algo que brille infinitamente más que él.
No dejes de ser esa niña
risueña,
que sueña
día tras día con amores sin planificar,
con futuro sin saber siquiera su propio pasado,
con poetas que profesen la única religión que nadie rechazaría.
La de sus piernas.

Yo no puedo dedicarte canciones
como Blue Jeans.
No puedo pintarte
como Goya a su maja.
No puedo pensarte
como a Erato.
No pretendo sentirte
en alcobas con sábanas revueltas, cálidas.

Solo puedo decirte que me rompes el alma cuando lloras y me abrazas,
y por eso
me voy a dejar la vida para que tus lágrimas solo sean de alegría.

Que curioso, tuvimos que ir a la otra punta del país
para darme cuenta de que te debo el cincuenta y uno por ciento de mi vida,
que eres mayoría en mí,
que sin un
jamás hubiese existido este tan ansiado nosotros.



A Paula, por ser todo sin ser nada, por hacerme entender que una amistad así es mejor que mil amores de esquina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario