domingo, 17 de mayo de 2015

La noche calando en mi.

No encuentro las palabras suficientes para describir el tacto de tu piel,
tu pelo enredándose en la noche,
la noche calando en mi.

No existen  kilómetros que nos separen,
no existen carreteras que nos unan,
no hay nada mas que dos cuerpos entrelazados en un abrazo
que no acabará hasta que uno de los dos caiga al suelo,
inerte,
inservible,
con indicios de haber vivido feliz las ultimas eternidades de su vida,
sujeto, pero libre de un cuerpo que me ha dado vida.

No encuentro las palabras suficientes para describir el tacto de tu piel
cuando me miras con el alma,
cuando me dices que no quieres echarme de menos
mientras una lagrima rasga tu mejilla izquierda,
y yo,
intentando hacerme el duro, conteniendo el llanto,
seco tus lágrimas, te beso en la mejilla izquierda,
allí donde en forma de lágrima nuestros recuerdos se hicieron visibles,
y saco un hilo de voz de la nada, para decirte que te quiero.

No te despidas de mi, porque nunca llegaremos a estar separados.

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