domingo, 3 de junio de 2018

Manifiesto sobre la muerte. Filosofía barata I.

Quizá las palmadas que nos dan al nacer solo son de ánimo, de <<chaval, aquí no hay manual de instrucciones>>, y la única certeza real desde el instante en que nacemos es la muerte.
Quizá crezcamos durmiendo ocho horas y comiendo cinco veces al día, y haciendo un poquito de deporte en las horas libres al salir del trabajo o de estudiar. Y puede que creamos que ese es el camino correcto ya que la sociedad que nos ha tocado sufrir así lo dicta.
Quizá nos pongamos metas como hacer dieta <<porque quiero lucir palmito en verano>> o tener buenas notas <<porque tengo que entrar en esta carrera>>.
Quizá estudiamos casi la mitad de nuestra vida << porque así tendré trabajo y un sueldo a fin de mes>> y damos vueltas y palos de ciego rodeando heridas de vida.
Quizá no solo podamos morir una vez. No sé si creo en Dios, pero sí en el alma, y sé que la mía está viva cuando me duele, cuando las heridas de vida vienen de frente y no las esquivo.
Quizá la vida del alma sea inversamente proporcional a la física. Y con suerte, con mucha suerte, solo te morirás una vez: eso depende de ti. Si vas de frente, tu cuerpo se agotará,  el alma se llenará de heridas, y la sangre que se derrame describirá el camino que recorriste y quedará impreso como señal de vida. Pero quizá decidas rodear cuchillas, autoengañándote entre las curvas que describas, y solo quizá pero muy probablemente te dejes el alma en una de ellas: muerta, inerte, sin metas ni expectativas. Y solo te quedará seguir deambulando con tu cuerpo hasta que el tiempo te lleve bajo tierra.
Quizá la vida en sí  no tenga sentido, así que quizá cada cual le tiene que dar el propio, la huella que quiera (o no) dejar en este instante de universo.
Todo esto son suposiciones, cada cual que saque su propia vida, perdón, su conclusión.

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