jueves, 8 de septiembre de 2016

En mis adentros.

Como gotas que caen frías
en la cabeza
desde las cornisas,
sintiendo su recorrido por la espalda
con los ojos cerrados
y el corazón abierto en canal.

Como la sonrisa muerta de miedo
que taladra los oídos del que no sabe hablar
aunque diga palabras.

Como unos labios cortados por el frío de agosto,
un corazón roto
y mil inviernos que olvidé en la salida,
borré las huellas del camino de huida
para no saber
volver.

Como un adiós sin hasta luego,
un te quiero sin malicia,
un me voy sin ojalás.

Prefiero morir a mi manera,
como siempre lo he hecho.


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