domingo, 31 de marzo de 2019

Vacío.

Extraño. No sé muy bien a quién o lo qué.
Como el reo que olvida el por qué de su condena,
así me encuentro,
olvidado juez de mi mismo en el páramo yermo
de esta pena, penita, pena.
Barbecho pisoteado en las entrañas,
que ni los rebaños vienen ya
a alimentarse de carroña,
ahora que no queda trigo limpio
y las lluvias se prevén ácidas.
Extraño. En el espejo ya no se ve nada
y quizá sea eso,
que ya no quedan ilusiones,
que ya no queda ni esperanza.

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