Esta noche escribo desde mi cama
pero las sábanas están vacías.
No hay mucho que decir.
Solo es una llamada de atención
hacia uno mismo,
un lamento más de palabra
y corazón,
más de corazón que de palabra.
Las sábanas están vacías
y no de nadie,
sino de mi.
Esta noche escribo desde mi cama.
Y este amasijo de carne
y huesos remendados está aquí,
pero yo no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario