domingo, 13 de agosto de 2017

RockStar.

Borracho, entre cuatro paredes y sin esperanzas de salir de aquí, así escribo este manifiesto de autodestrucción, con los ojos entreabiertos y el corazón cerrado a cal y canto. Con las manos muertas dejándose llevar por una voz quebrada por el lúpulo de mi llanto.
Como un rockstar, pero sin cocaína ni heroína ni esas drogas blandas de las que hacen uso para mantenerse vivos mientras mueren. Con Chavela de fondo mientras imagino una piel tan concretamente de cualquiera que encaja perfectamente con la mía, con el vello peinando el aire cuando ideo unas manos recorriendo mi cuello y respirando el humo de unas promesas que estoy dispuesto a cumplir pero no puedo. Con unos pitillos en mis piernas y sin cigarrillos en mis manos por eso de que ya me quemé el corazón con las cenizas del olvido.
Como un cómico con deudas, como un gato que no sabe trepar, como un payaso sin gracia, como un cantante sin orquesta, como una sonrisa sin guiño, como un paréntesis sin cerrar.
Como un borracho, sólo, componiendo su autodestrucción, como si fuera un rockstar.

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