Fuimos tanto
en tan poco tiempo,
que se me olvidó esperarte,
que quise tenerte
tan rápido
que creí que no te perdía.
Y fui tan tonto
que por no saber quererte
tengo que cargar con mi propia maldición
de no poder olvidarte.
Mirar al frente,
escribirte,
y quererte.
Como siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario