lunes, 1 de octubre de 2018

Ya me acuerdo.

Ya no recordaba a qué sabe la euforia
de un beso inesperado 
cuando lo esperas demasiado,
el ruido del tren sobre la vía
poniendo rumbo a no sé dónde 
porque solo sé
besar con los ojos cerrados.

Ya no recordaba el tacto del reloj,
dulce y áspero,
sobre un par de labios lentos y enlazados
pero a contratiempo,
con las manecillas riéndose de ambos.

Ya no recordaba el calor de la saliva
refrescándome los versos,
como el lobo que aúlla a la Luna llena
después de haber estado oculta durante el invierno.

Ya no recordaba el olor del lápiz y el cuaderno,
ya no recordaba lo que era sentir fuego y cielo,
volver a casa y escribir un poema,
dormir
pero soñar despierto.

1 comentario:

  1. Muy bonito y emotivo. Ayer estuve asistiendo a Literaula y te conocí.

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