viernes, 17 de noviembre de 2017

En el último vagón.

Allí vivo,
en el lugar donde cualquier poeta calla.
Allí he vivido durante casi cuatro años
con rimas encalladas,
con versos descarados,
con luces que atenúan mis mil sombras,
con caricias despechadas, si las nombras,
con amores de invierno,
faroles de verano,
lágrimas de otoño 
y primavera entre las manos. 
Allí vivo,
en el lugar donde cualquier poeta escribe.
Allí tengo mil versos escondidos,
en el lugar donde cualquier cateto vive,
llegando el último,
sin público,
pero llegando.
Me quedan muchas vidas,
y seguiré viviendo en el vagón
en que cualquier poeta sueña,
y seguiré llegando el último,
sin público,
pero llegando 
                       a mi estación.

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