domingo, 6 de diciembre de 2015

Vagón 11, asiento 1.

Hablando de trenes, finalmente decidí lanzarme al último que pasaba por esta vía. Arriesgué demasiado quizá, pero parece ser que el sol empieza a salir por las mañanas, y que la noche se hace menos de rogar si estoy contigo. Puede que la Luna nos espíe, y que las estrellas nos arropen, puede que el asfalto nos separe, y que el frío de cuatro paredes nos una, puede que la luz se haya parado a pensar en la oscuridad y me haya regalado el tiempo justo para susurrarte al oído antes de que amanezca que te quiero. Puede que este no sea el cuento de hadas, de princesas, de brujas, de manzanas, de príncipes y enanos, de principios o de finales. Puede que yo no sea príncipe ni principio, ni siquiera enano, pero puedo puedo ser quien te duerma cada noche con historias reales que nunca sucedieron y que sólo nosotros podamos recrear.
Hablando de trenes, hice bien en arriesgar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario